Veronica Rodriguez
As you may know, migrant farmworkers come to our diocese every summer to work in the crop fields such as asparagus, strawberries, blueberries and many others. There are a total of approximately 300 camps in the nine counties of the Diocese of Kalamazoo. Although migrant farmworkers arrive in all nine counties, the vast majority arrive in Allegan, Berrien and Van Buren counties. These counties are the ones closest to the lake and where most crops are grown.
We have had the great privilege that, since the beginning of our diocese, the mission has been to accompany the farmworkers during the summer so that they know that the Diocese of Kalamazoo is here to support them in whatever they need and that they are not alone. It doesn’t matter if they are Catholic or not, our mission is to accompany and support them.
Every summer, through the Office of Hispanic Ministry, priests and religious sisters are brought to strengthen this ministry of accompaniment and to visit each of these 300 camps. In addition to the diocesan group, several parishes have volunteer groups who also visit the camps. Visits are made during once a week beginning at the end of June and continuing throughout July and sometimes August.
The visits are no more than an hour, so as not to extend the already-long workday and are simply meant to offer a little conversation and allow volunteers from the diocese to get to know the families and men who have come to our diocese. These conversations are very enriching, and several of the volunteers have expressed that many times one learns and receives more than what we offer.
It is a time to meet Jesus in the midst of each one of our migrant brothers and sisters who, with all their difficulties, great fatigue and sometimes shortcomings, are the happiest and most grateful people with God. This is where, through such a small action, our faith, and the mission that God has entrusted to us to accompany, evangelize and be evangelized is strengthened. A simple game to pass the time, some reading or Bible talk, or simply being there to listen has a greater impact than one can imagine.
I invite you not to take a vacation from your faith this summer, but rather, like the disciples on the road to Emmaus, wherever we are, to be open to meet that stranger who, by walking and accompanying us, strengthens our faith.
May almighty God guide and grant the necessary words to each of the people who will be visiting and accompanying our migrant brothers and sisters this summer of 2022.
Como quizás se sepa, a nuestra diócesis cada verano vienen campesinos migrantes para trabajar en las cosechas en los campos de cultivos tal como en el espárrago, la fresa, blueberries, y otros más. Hay un total de aproximadamente 300 campos en los 9 condados de la Diócesis de Kalamazoo. Aunque los campesinos migrantes llegan a todos los nueve condados, la gran mayoría llegan a los condados de Allegan, Berrien, y Van Buren. Estos condados son los que están mas cerca del lago y donde está la gran mayoría de los cultivos.
Hemos tenido el gran privilegio de que, desde el inicio de nuestra Diócesis, se ha tenido la misión de acompañar a los campesinos durante el verano para que sepan que su Diócesis de Kalamazoo está aquí para apoyarlos en lo que necesiten y que no están solos. No importa si son católicos o no, nuestra misión es de acompañarlos y apoyarlos.
Cada verano por medio de la oficina del Ministerio Hispano se traen sacerdotes y hermanas religiosas para fortalecer este ministerio de acompañamiento y poder visitar a cada uno de estos 300 campos. Además del grupo diocesano, varias parroquias tienen grupos de voluntarios quienes también visitan los campos. Las visitas se hacen durante un día de la semana comenzando finales de junio y todo julio y/o agosto.
Las visitas no son de más de una hora máximo para no alargar más el día pesado de trabajo y simplemente son para conversar un poco y conocer mejor a las familias y hombres quienes han llegado a nuestra diócesis. Estas conversaciones son muy enriquecedoras y varias de las personas que son voluntarios han expresado que muchas de las veces uno aprende y recibe más de lo que ofrece.
Es un tiempo para encontrarnos con Jesus en medio de cada uno de nuestros hermanos y hermanas migrantes que, con todas las dificultades, el gran cansancio y a veces carencias, son las personas más alegres y agradecidas con Dios. Aquí es donde por medio de una acción tan pequeña, se fortalece nuestra fe y la misión que nos ha confiado Dios de acompañar, evangelizar y ser evangelizados. Un simple juego para pasar el tiempo, alguna lectura o charla bíblica o simplemente estar allí presente para escuchar tiene un impacto mayor de lo que uno se puede imaginar.
Los invito a que este verano no tomen vacaciones de su fe si no que, así como los discípulos en el camino a Emaús, en cualquier lugar que nos encontremos, estemos abiertos para encontrarnos con aquel desconocido quien caminando y acompañándonos hace fortalecer nuestra fe.
Que Dios todo poderoso guie y otorgué las palabras necesarias a cada una de las personas quienes estaremos visitando y acompañando a nuestros hermanos y hermanas migrantes en este verano 2022.